El animómetro: cómo enseñar a tu hij@ a nombrar las emociones
- Daniela Cal y Mayor Meyer
- 24 oct
- 2 Min. de lectura
Una de las habilidades más valiosas en la infancia es aprender a nombrar las emociones. Ponerles palabra permite que l@s niñ@s entiendan mejor lo que sienten y puedan expresarse con mayor claridad. Para lograrlo, existe una herramienta sencilla y poderosa: el animómetro.
El animómetro ayuda a ubicar las emociones en cuatro cuadrantes, combinando dos factores:
Emociones agradables o desagradables
Nivel de energía alto o bajo
De esta manera, los niños pueden identificar si se sienten, por ejemplo, alegres con mucha energía (euforia), o tristes con energía baja (desánimo). Este recurso práctico les da un mapa visual para reconocer lo que pasa dentro de ellos.
¿Por qué es importante nombrar las emociones?
Muchos adultos usamos palabras muy generales como “estrés” o “estar mal” para describir emociones desagradables. Esto limita nuestra capacidad de expresarnos y, en consecuencia, de regularnos.
Cuando enseñamos a un niño a decir “estoy frustrado” en lugar de “estoy enojado”, o “me siento decepcionada” en lugar de “me siento mal”, estamos ampliando su vocabulario emocional y dándole herramientas para comunicarse mejor.
Además, la investigación muestra que nombrar una emoción disminuye su intensidad. En otras palabras: decir lo que sentimos ayuda a sentirnos mejor.

Cómo usar el animómetro con tu hij@
Preséntalo como un juego: explícale los cuatro cuadrantes y que cada emoción tiene un lugar en ese mapa.
Pregúntale dónde se encuentra: si no sabe, puedes darle ejemplos (“¿es un enojo fuerte como un volcán o una tristeza que te hace sentir cansado?”).
Amplía el vocabulario: enséñale palabras nuevas en cada cuadrante.
Valida sin juzgar: recuérdale que todas las emociones son normales y que no hay emociones “buenas” o “malas”.
Beneficios del animómetro
Los niños desarrollan conciencia emocional.
Aprenden a expresar lo que sienten de manera más precisa.
Se facilita la comunicación entre adultos y niñ@s.
Disminuyen los berrinches, porque el niño tiene otras formas de hacerse escuchar.
Transformar la vida emocional
El animómetro no solo ayuda a l@s niñ@s a reconocer y nombrar sus emociones; también invita a los adultos a revisar el propio vocabulario emocional. Cuando acompañamos desde la calma y el respeto, enseñamos que sentir es parte de ser humano y que siempre es válido expresarlo.



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