Conectar + Redirigir: la estrategia para acompañar los berrinches con respeto
- Daniela Cal y Mayor Meyer
- 17 oct
- 2 Min. de lectura
Cuando un niñ@ tiene un berrinche, nuestro instinto como adultos suele ser corregir de inmediato. Sin embargo, para que un niño realmente aprenda, primero necesitamos conectar con lo que siente. El Dr. Daniel J. Siegel, en su libro El cerebro del niño, propone la herramienta Conectar + Redirigir, diseñada para guiar a l@s niñ@s desde la calma hasta la reflexión y acompañar los berrinches de forma consciente.
Paso 1: Conectar con las emociones
En pleno berrinche, el cerebro inferior del niñ@ está activo y no hay espacio para razonar. Por eso, lo primero es validar y dar seguridad:
Transmitir consuelo: ponte a su altura y usa un tono de voz tranquilo.
Validar: reconoce lo que siente (“Te asustaste cuando te cayó agua en la cara, es normal”).
Escuchar: deja que se exprese, aunque sea con llanto o enojo.
Reflejar: repite con tus palabras lo que te contó, para que se sienta entendido.
👉 El objetivo es que el cerebro inferior reciba el mensaje: “Estás segur@, entiendo lo que sientes, estoy aquí para ayudarte”.

Paso 2: Redirigir hacia el aprendizaje
Cuando el niñ@ ya está más calmado, podemos activar su cerebro superior. Este es el momento de enseñar y reflexionar:
Relata lo que pasó y cómo se sintió.
Pregunta qué comportamientos no fueron adecuados.
Hablen de las consecuencias de sus acciones.
Invítalo a proponer soluciones para la próxima vez.
El diálogo no debe ser sermón ni regaño, sino una conversación respetuosa que le ayude a practicar habilidades como la empatía, la resolución de problemas y la autorregulación.

Ejemplo 1: Cony, 2 años
Durante el baño, el agua le salpicó la cara. Se asustó, pegó a mamá y lloró.
Conectar: “Veo que te asustaste mucho, es normal sentir miedo. Estoy aquí contigo.”
Redirigir: “En vez de pegarme, puedes decir ‘Tengo miedo’. ¿Quieres que usemos una esponja para enjuagarte?”
Ejemplo 2: Sebastián, 4 años
Jugaba a las escondidas, no encontró a mamá y se asustó. Lloró y dijo: “No te quiero”.
Conectar: “Te asustaste cuando no me viste, sentiste que te abandoné. Eso da miedo.”
Redirigir: “La próxima vez podemos jugar de forma que me veas un poquito, ¿quieres intentarlo así?”
Transformar el berrinche en oportunidad
La clave de Conectar + Redirigir es entender que primero necesitamos calma emocional para que después haya aprendizaje real. Esta estrategia no solo ayuda al niño a manejar mejor sus emociones, también fortalece la relación con sus cuidadores.



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